Internazionale Milano y el A.C. Milan habían conseguido destronar al Real Madrid C. F. de lo más alto del panorama futbolístico, y dominaban ahora la mayor competición europea de clubes: la Copa de Europa de la UEFA, iniciada en la mitad de los años 50. Esto fue en parte debido a la prohibición de la FIGC desde 1964 a 1980 en la que prohibió jugar a futbolistas extranjeros en sus ligas, para potenciar así a los italianos, y en especial a la «Nazionale».