Sobre el cambio de su segundo apellido de Cervantes a Valencia, explica que se debe a que en 1917 se lanzaron a la presidencia de Colombia Guillermo León Valencia y Marco Fidel Suárez, este último resultaría ganador. Carlos Vives, dejo su nombre y apellido para convertirse en Gallito Ramirez, novela que protagonizó junto a Margarita Rosa de Francisco, una divertida historia de amor de un boxeador cartagenero. Al preguntarle la razón de su actitud esquiva, quizás porque la había tratado de gorda: “Tiene figura de un globo”, suelta una carcajada y comenta: “Para nada, era porque no era hombre para mí, y en ese momento no quería compromisos”. Por esa razón quizás, otros herederos no se han interesado en aparecer ni en hacer reclamos. Por este y muchos otros casos, los cálculos de quienes han investigado el tema permiten pensar que el total de hijos del compositor puede estar entre 35 y 40, repartidos en distintos municipios de la Costa.
Recuerda el artista siempre en entrevistas que fue memorable la primera vez que lo ganó, en el corazón de los 70, anotando que cuando interpretó No Voy a Patillal, el que cantó la mayoría del tema fue el público, porque estaba pegadísimo. El tema del número de hijos de Durán siempre ha sido motivo de discusiones en la Costa Atlántica y más de una anécdota se ha tejido en torno al asunto. Con algo de malicia y una buena dosis de sabiduría, el acordeonero le respondió con otra pregunta: «Niña Consuelo, ¿dígame usted qué hombre no es mujeriego cuando joven? «. El maestro fue prolífico desde muy joven hasta sus últimos años de vida. Fabián Corrales; Bajo el palo e’ mango de Leandro Díaz; Otra piedra en el camino de José Alfonso «El Chiche» Maestre; El indio de Freddy Molina; Sin saber que me espera de Luis Egurrola; Esos ojos negros de Iván Ovalle; Mi biografía de Calixto Ochoa; No tengo la culpa de Poncho Cotes Jr y Eras mi vida de Reinaldo Díaz. Evocaron los días en que fueron a recoger semilla de paja en la finca Las Mercedes y a “usted y a su tío Martín Maestre les fue mal porque recogieron más arena que semilla”; del viaje que realizaron de Valledupar a Santa Marta escuchando las últimas composiciones de Marciano, entre las cuales figuraba “Amarte más no pude”, que inmediatamente se convirtió en su favorita; o de la vez en que a Marciano le tocó sacarlo de una habitación de hotel a la que no dejaba acercarse a nadie -“a todo el que se asomaba le tiraba un botazo”-, para que le cantara a las 5 mil personas que tenían horas de estarlo esperando.
Carlos Vives, el hombre que rescató una de las mejores expresiones artísticas de Colombia, estuvo predestinado al arte y especialmente a la música. UNA MAÑANA DE ABRIL DE 1968 en Valledupar, Consuelo Araújo Noguera, más conocida como ‘La Cacica’, entrevistó por primera vez a Alejandro Durán Díaz, quien acababa de ganar el Festival de la Leyenda Vallenata en su versión inaugural. Y en 2007, en el 40º festival, por primera vez compitiendo en la Categoría Juvenil, obtuvo el 2º lugar, en compañía del cajero Ricardo Ustariz y el guacharaquero y cantante Daniel García Torres. Este diagnóstico brutal de la situación del cantante era compartido por personas aún más cercanas a sus afectos que, por razones obvias, equipacion valencia cf no podían ventilarlo públicamente. Esa era la única materia que perdía porque él había estudiado en colegios laicos. El ‘Negro Alejo’ tenía la misma capacidad para componer canciones que para conquistar mujeres. Pero si al gran acordeonista le sobraron las mujeres y los hijos, lo que siempre le faltó fue la plata.
Reconocido por su innovación a tal grado de lograr innovaciones en la agilidad para la digitación del acordeón, asi como en la ejecución musical cuyas notas y bajos supo adornarlos de tal manera que la ejecución monorítmica con que se venía, se llenó de notas alegres, armónicas, equipacion valencia 2023 usando al máximo las ventajas que le brindaba la ejecución del instrumento. Una de las múltiples preguntas que la periodista le hizo al primer Rey Vallenato fue si él había sido mujeriego. Y es que cuando Durán abandonó la finca «Las Cabezas», a la edad de 30 años, comenzó una correría por toda la región norte del país. Una canción de la nueva ola difícilmente pasará a la historia, asevera Simón. Toda su vida la pasó tocando, cantando y viajando como un Juglar, de esos que se recuerdan y tienen historia, con la diferencia que, a éste todavía no se le ha podido reconocer como tal, porque las llamadas organizaciones y sociedades de compositores no le hacen a nuestros artistas los verdaderos reconocimientos. Los recaudadores, que dormían en hamacas o en colchones fabricados con sacos rellenos de algodón y pedían avances en dinero antes del viaje, llevaban jabón negro o detergente para su aseo personal y destinaban los domingos para afeitarse y acicalarse de una manera mucho mejor, ya que en los días de labores debían levantarse a las tres de la madrugada y hacerlo muy rápidamente luego de coger el turno en orden de levantada.