Hasta hace 21 años, el municipio de Cerro de San Antonio, ubicado en la banda centro occidente del departamento del Magdalena, república de Colombia, contaba con siete corregimientos que retratan con excelente resolución la idiosincrasia y el ‘mamagallismo’ del caribeño, todos perdieron sus nombres verdaderos para quedarse para la eternidad con los que les puso el ingenio de la gente, cada quien cuenta con jocosidad la historia de los cambiazos: ‘Mico’ dejó de llamarse Jesús del Monte, ‘Cocosolo’ no se llamó más Concepción, ‘Caimán’ perdió el nombre de Candelaria, ‘Malabrigo’ intenta recordar que se llama Concordia, ‘Moya’ ya no es Bellavista, ‘Chengue’ vio cómo su primer nombre desaparecía en la espesura del paso del tiempo (Rosario de Chengue) y a ‘Charanga’ no le importó que antes tenía un nombre más llamativo, Puerto Niño. Para llegar a su territorio hay que atravesar carreteables montañosos, sin embargo, la zona habitada cuenta con la mayoría de sus calles planas, tiene 63 casas, sin nomenclatura (direcciones), pero es sencillo localizar a un morador, “el señor Jaime vive por allá en la calle larga, en una casa de color azul cielo, al lado de un palo de Caucho”. Su primera producción como profesional la hizo al lado de Victor «Rey» Reyes.
A este logro tan importante como artista y preservador de un estilo ha contribuido en no poca cantidad su gusto por presentarse en vivo y viajar a cualquier país que esté abierto a la colorida experiencia de la música vallenata. Julio ‘El Negro’ Ospino Polo, oriundo de Santa Rosa de Lima, hijo de María del Rosario, hermana de Juancho, dice que a su tío la musa le llegó en el cementerio de Flores de María, tenía el acordeón entre las manos, se sentó en la sepultura donde días antes enterraron a Alicia, las ramas de un árbol de Guayacán le daban sombra, “comenzó a tocar la melodía y a cantar la letra que hizo llorar a sus amigos”. Es un auténtico monólogo del equipo de Baraja, equipacion valencia cf que está muy cerca del primer gol. El Valencia no perdió la fe, siguió insistiendo buscando el gol y en el 93’ lo encontró con un zapatazo de Samu Lino desde fuera del área que estallaba de júbilo Mestalla.
Un gol de Diego López abre el marcador. Lo intentó Braithwaite en el primer balón que toca el jugador danés, tuvo que repeler la pelota la defensa del Valencia. La peor parte se la llevó el jugador del Espanyol, que está sobre el terreno de juego un poco dolorido. Evidencia de esa cercanía es también un video que se encuentra en youtube del cierre de campaña de Lucas Gnecco a la Gobernación del Cesar en 1999: ahí aparece Oñate como figura central en una tarima, cantando un estribillo pegajoso para el entonces candidato, y justo detrás de él (de camiseta oscura y bigote) Jorge Gnecco Cerchar, el hombre que tenía el sueño mafioso de fundar el Magdalena Grande. Oñate estaba ahí como otro de los cotizados artistas vallenatos que le cantaron a la matrona de la casa Gnecco -con gobernación y 19 de 25 alcaldías, ama y señora en el Cesar-. Por su parte, Antonio Barros Cuevas, expresa que “cuando se cumplió el novenario del fallecimiento de Alicia, yo era un niño de nueve años, pero recuerdo que los familiares y amistades fueron a ponerle flores sobre su tumba, al llegar esa tarde al cementerio, encontramos a Juancho en la puerta, no se me olvida que estaba interpretando esa canción sentimental que hizo llorar a mucha gente, se trataba de ‘Alicia adorada’, vea eso ‘electrizaba’ a cualquiera que la escuchara, se nos ponía la piel de gallina”.
“Después del novenario de Alicia, Juancho Polo, un paisano nuestro y yo alistamos los burros, rumbo a ‘Caimán’, en el camino nos detuvimos en un pozo para darles agua a las bestias, nos estacionamos bajo un árbol frondoso, ‘Valencia’ pidió el acordeón y nos dijo que la imagen de su mujer la llevaba en el alma, no daba para olvidarla, se sentía enguayabado, decía que una melodía rara le atrapaba el pensamiento, nos dijo, ¡ La discordia también se extiende al momento y lugar cuando Juancho compuso ‘Alicia adorada’, su obra cumbre. Ella le dijo que no le iba a vender nada, que se pusiera serio, sin embargo, él insistió e insistió, hasta que la convenció que le vendiera la botellita, se la empinó y en medio de un mar de nostalgia y sentimiento comenzó a cantarle a capela la primera estrofa de la canción inmortal ‘Alicia Adorada’. En una loma pegada al pueblo se localiza el cementerio de Flores, donde están sepultados Pedro Pablo Polo Estrada y María de los Ángeles Meriños, abuelos paternos de Juancho Polo; sus tíos Julio, Luis y Pedro Pablo; y por supuesto que su adorada Calista Alicia Cantillo (‘Alicia adorada’) Cerca se encuentra el arroyo Flores de María, que a diferencia de la ciénaga de Cerro, no creaba problemas en temporadas de invierno; la zona era azotada por la presencia de tigres, que amedrentaban a los pobladores y erizaban a animales como perros, puercos, camiseta valencia gallinas.